Por Mateo Lopez
Los futbolistas en su gran mayoría previo a probar las mieles del éxito siempre tienen una historia de superación que contar, en Rayados de Monterrey no es la excepción pues cuentan con un jugador de extracción humilde pero con un entorno muy familiar , mismo que lo hizo salir adelante, Luis Romo.
Romo llegó a la Pandilla en este año, su buen paso primero con los Gallos Blancos del Querétaro y después con Cruz Azul lo llevaron a que fuera buscado por varios equipos de la Liga MX, pero al final quien ganó la partida por los servicios del jugador fue la institución de la Sultana del Norte, misma donde ha ido de menos a más, pero hoy en día se encuentra en la ante sala de una semifinal.
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La historia de Luis Romo es una de las más inspiradoras en el fútbol mexicano, porque incluso si no hubiera sido por su hermano quien también probo suerte en el balompié, tal vez no estaríamos hablando de que es uno de los mejores jugadores que hay en la actualidad. Uno de los primeros hombres que creyó en él fue Héctor Altamirano el cual fue entrenador en las básicas del Querétaro, y gracias a eso ha llegado muy lejos.
La familia de Luis Romo fue muy trabajadora, su madre era ama de casa y su papá se dedicaba al mar, hasta ese entonces no tenían acercamiento al deporte. La especialidad de la familia era pescar ostiones, su padre, sus tíos y su abuelo se dedicaban a eso, por ende Luis y Darío, los hermanos Romo, siguieron esos pasos, sin embargo, fue gracias a este último que Luis se acercó al fútbol y hoy es una figura del mismo.
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