Son jugadores de medio pelo pero jugarán en Rayados en el C23

Rayados de Monterrey está listo para debutar el próximo 7 de enero de 2023 cuando reciba en la cancha del BBVA a las Chivas Rayadas de Guadalajara, el conjunto de la Sultana del Norte sabe que deberá arrancar de buena manera el camino al título y que mejor que hacerlo con uno de los equipos más medianos y con uno de los peores planteles del fútbol mexicano, así que enfrentar a la cabras debe ser un trámite para Rayados, a pesar de que en alguna parte de la afición existe cierto pesimismo.

Lo anterior se ha basado en los futbolistas que llegarán para el Clausura 23, elementos que José Antonio Noriega ha firmado como bombazos pero que al final la afición de Rayados ha tachado de futbolista petardos y de medio pelo, jugadores que la hinchada de Monterrey entiende que no tienen el nivel y la estirpe para vestir la camiseta del equipo más importante de Nuevo León, así que sin importar que para Tato Noriega sus refuerzos son cracks, para la afición son elementos del montón.

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Naturalmente nos referimos a Jordi Cortizo y Omar Govea, elementos que José Antonio Noriega anunció como auténticos bombazos, sin embargo , el sentir de la afición ha sido todo lo contrario, la hinchada de Rayados no se encuentra contenta con los refuerzos que se han elegido para el medio campo, toda vez que han indicado que los elementos contratados no servirán para solventar las necesidades del equipo y por tal motivo, se sufrirá de más en Rayados durante el primer torneo del año 2023.

¿Tato Noriega vendió humo?

Tato Noriega ha apostado por rejuvenecer el plantel y ha comenzado por el medio terreno, ante la salida de Matías Kranevitter, Rayados ha apostado por elementos mexicanos y así fue como decidió comprar a Jordi Cortizo y negociar a Omar Govea en un préstamo con opción de compra, pero al parecer, la afición luce descontenta, al entender que estos dos elementos no serán más que relleno e inclusive refuerzos para la banca pero no para potenciar al equipo a los primeros planos, el tiempo dirá si Tato tuvo la razón o la afición atinó en su pronóstico.