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El adiós de Humberto Suazo: Su último gol y despedida como rayado

El ídolo eterno que marcó historia en Rayados con su gol 121 y legado único

Por Sergio Ruiz

Suazo con su familia en el Tecnológico / Foto: Rayados
Suazo con su familia en el Tecnológico / Foto: Rayados
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El 29 de agosto de 2014, Humberto Suazo marcó su último gol con los Rayados del Monterrey en un partido contra Querétaro, celebrado en La Corregidora. Fue un momento emotivo para el “Chupete” y para la afición rayada, ya que ese gol número 121 con el equipo selló una etapa dorada en su carrera antes de despedirse al final del Apertura 2014 para regresar a su natal Chile.

Desde su llegada en 2007, Suazo se consolidó como el máximo referente ofensivo del Monterrey. A excepción del primer semestre de 2010, su talento y liderazgo en la cancha fueron invaluables. Durante su paso por Rayados, conquistó dos títulos de Liga (Apertura 2009 y Apertura 2010) y tres títulos consecutivos de la Liga de Campeones de la Concacaf (2011-2013).

El legado del “Chupete” se extiende más allá de los trofeos. En finales, su capacidad para aparecer en los momentos cruciales lo convirtió en el jugador más determinante del club, con 7 goles en 3 finales de Liga y 5 goles en 3 finales de Concacaf. Su liderazgo, carisma y habilidad técnica lo transformaron en una figura imborrable para los seguidores del Monterrey.

El momento culminante de su despedida llegó el 13 de diciembre de 2014, cuando el Estadio Tecnológico fue testigo de un homenaje que quedará grabado en la memoria de todos los rayados. La afición despidió a su ídolo eterno, reconociendo su enorme contribución al club. En ese evento, el equipo tomó la decisión de retirar para siempre el número 26, el dorsal que Suazo portó durante sus años de gloria.

Humberto Suazo no solo se despidió como el máximo anotador en la historia de Rayados, sino también como un símbolo de entrega, pasión y éxito. Su último gol ante Querétaro, celebrado con su icónico festejo, fue un cierre perfecto para una carrera que dejó una marca indeleble en el Monterrey.

Hoy, los rayados recuerdan con orgullo a su ídolo, cuyo legado sigue inspirando a nuevas generaciones de aficionados y jugadores. Suazo es, sin duda, el jugador más grande en la historia del club y un ejemplo eterno de lo que significa ser rayado.


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